yo soy el impostor de jesus


REFLEXIONES

31.07.2011 10:59

 

FORTALEZA.

rMas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesu­cristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 1 Pedro 5:10.

Marión lucía terrible: el accidente le había deformado el rostro y lo había confinado a una silla de ruedas. A pesar de que todo el mundo le sugería agradecer a Dios por haberle salvado la vida, el joven atleta, de 23 años, no entendía por qué Dios había permitido que le ocurriera aquel accidente, que terminó con sus sueños de una medalla olímpica.

No era culpable del accidente: el conductor del otro vehículo conducía ebrio, y fue Marión quien sufrió las peores consecuencias. ¡Injusto!, desde cualquier punto de vista; menos, desde la perspectiva divina.

La promesa de hoy afirma que los hijos de Dios no están libres de las dificultades sino que, después de haber padecido un poco, él los afirmará, fortalecerá y perfeccionará.

Me gusta la expresión perfeccionará. En griego es kataritzo. Significa cor­tar una piedra de modo que quepa en el lugar exacto. Existe un plan divino y maravilloso para cada vida; nadie vino al mundo por acaso. La felicidad consiste en descubrir y llegar al lugar exacto para el que fuimos creados. A veces, por las cosas de esta vida, perdemos el rumbo, nos deformamos, creamos aristas, y es necesario que pasemos por el esmeril del dolor para ser kataritzo; es decir, perfeccionados y labrados, a fin de ocupar el lugar exacto para el que fuimos creados.

Marión entendió el propósito divino del dolor años después, cuando, por causa del accidente, tuvo que desarrollar otros dones que hubiesen que­dado adormecidos de haber continuado con su carrera de atleta.

Hoy, solo agradece a Dios. Sabe que el Señor, en su sabiduría infinita, aprovechó el trágico accidente para llevarlo “al lugar exacto”.

Por eso, hoy, no te desanimes ante del dolor. Recuerda siempre que “el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca”. 

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