POESIA CRISTIANA

Quita el velo de tu rostro

No confíes en tus fuerzas
porque humanas siempre son
funda tu confianza en Cristo
quita el velo de tu rostro
y dale a el tu corazón.

El te trae la libertad
y te ofreció salvación
por medio del sacrificio
donde derramó su sangre
quita el velo de tus ojos 
y dale tu corazón.

El es manantial de vida
es agua a aquel sediento
que estando en la oscuridad
nunca busca la verdad
El te ofrece claridad
si te vas en oración
quita el velo de tu rostro
y dale tu corazón.

Te encuentras atribulado
con razón o sin razón
el Señor te está llamando
para mostrar su grandeza
es Dios quien puede ampararnos
con el Espíritu Santo
entrégale tu problema
y ofrece tu corazón.

Esas lágrimas que fluyen
de tus ojos con dolor
ofrecelas al divino, 
que es tu dueño y tu Señor
ya verás que gran consuelo
sentirá tu corazón.

El lava toda tu vida
si lo llamas con amor
te escucha y quita tus penas
no lo hace en la tierra ningún señor
si no ese Cristo bendito
que te ofrece el corazón.
 

Bendición y maldición



Que se entere el mundo, 
que locura tengo en el Señor
el olor de su fragancia se derrama,
se derrama con poder,
grato olor, olor de vida
cual cortante espada de dos 
filos, es la Palabra de Dios.

Bendición y maldición
la pongo delante de ti;
si oyeres los mandamientos
te negarás a ti mismo
despojándote de todo
lo que tu encontraste aquí.

Si no oyeres los mandamientos
y no escuchas al Señor
si rechazas su Palabra
y por ella no vivieres, 
has escogido mal amigo, 
no has pensado en el mañana
has escogido maldición.

Te ofresco el olor a Cristo
olor de vida para vida
Dios te liberta y te quita
estorbo y la maldición
si rechazas su Palabra
por pensar que eres tan fuerte,
has escogido el camino
que es de muerte para muerte
y no tendrás salvación.

Escoge que el te propone
triste alma vacía es tu esqueleto
que alberga al hombre sin Dios
vorágine sombra que entre maldición
se pierde, si escoges tu propio yo.

El cielo es renovador
donde el alma se engalana
has pensado el mañana
dónde te vas a encontrar?
Si escoges la bendición
olor fragante de Dios
tu alma se gozará.

Si escoges la maldición
y tropieza con la palabra
del agua viva que fluye
y sigues en esa nievla 
profundo y oscuro caos
donde te encontrarás inerte
circulando en forma inmóvil, 
encontrarás olor de muerte para muerte.

Insesante andar en tinieblas
en la borágine del desecho, 
con intrépida mano espeluznante,
deja que el olor a Cristo entre
que el olor fragante de su ser se esparza
allí donde tu te pares.

Mueve tus carbones encendidos
que el humo en derredor tuyo se vea
que los demás seres se extasíen
con el aroma fragante del Señor
y señalarás a otros el camino
y encontrarán la salvación.